Propuesta de mejora en la producción estadística salarial
14/06/2013
Carlos Martín
Urriza
Consejero del
CSE por CC.OO.
Carencias
en la medida de la evolución salarial
En
la tabla adjunta al final de este documento, se recogen las operaciones
estadísticas generales[1],
disponibles para el estudio de los salarios en España. Los organismos
productores son el Instituto Nacional de Estadística, el Ministerio de Empleo y
Seguridad Social, y la Agencia Estatal
de la Administración
Tributaria. A todos ellos hay que agradecer la gran labor que
llevan a cabo para que los usuarios conozcan cuál es la realidad salarial del
país. Sus operaciones ofrecen una información muy rica sobre el nivel,
variación y distribución salarial para distintas categoriales sociales y económicas.
Este documento, no obstante, se centra sólo en discutir la información que
suministran para el estudio de la evolución de los salarios, apuntando algunas
carencias.
Todas
estas fuentes investigan la variación del salario medio[2].
La variación del salario medio se puede dividir en dos componentes: la parte
que se explica por el cambio en el salario en nómina (variación pura) y la
parte que se debe a cambios en la composición del empleo (efecto composición).
Ésta última, a su vez, se puede subdividir entre cambios operados dentro de la
empresa (intra-empresa) y variaciones que se producen en la estructura
sectorial del empleo (supra-empresa). Por ejemplo, si se despiden trabajadores
temporales en una empresa o, en general, en el conjunto de la economía, esto
empujará al alza las medias salariales por un efecto composición. De la misma
forma, si se sustituyen trabajadores con más antigüedad por nuevos trabajadores
en el mismo empleo, esto hará bajar, ceteris
paribus, el salario medio. Conocer cómo actúa cada una de estas componentes
sobre la variación del salario medio es de interés para saber cuáles son las
razones impulsoras de su variación.
Desgraciadamente,
las operaciones disponibles no aíslan estos componentes, lo que provoca que el
debate público se limite a la evolución agregada del salario medio, quedando
velados importantes procesos de ajuste o desajuste subyacentes y resultando una
interpretación errónea de lo que en realidad está sucediendo con la evolución
salarial, incluso en círculos económicos informados. Precisamente esto es lo
que ocurrió durante el inicio de la actual crisis. Como se observa en el
gráfico 1, la Encuesta Trimestral
de Coste Laboral del INE arrojó un crecimiento anual de salario medio por hora
del 5,3% en 2009. El Índice de Coste Laboral Armonizado, también del INE, que
corrige parte del efecto composición (el causado por el cambio en la
composición sectorial del empleo) recortaba la variación para ese mismo año en
1,3 puntos porcentuales, hasta el 4%.
Gráfico 1
Gráfico 2
Sin embargo, la corrección no es completa y el cambio en la composición del empleo, provocada por la salida fundamentalmente de los contratados temporales al principio de la crisis, parece haber sido mucho mayor. Para dimensionarla, en el gráfico 2, se recoge la evolución del salario medio diario de los asalariados más estables, aquéllos que han permanecido de alta todo el año desde 2004 hasta 2011. Una muestra de 161.308 trabajadores que se extrae de
Una
posible solución
Separar
las diferentes componentes de la evolución salarial requeriría disponer de un
Índice del Precio del Trabajo (IPT) que, al igual que el IPC, estime la
variación del precio del trabajo, manteniendo fija una cesta de puestos de
trabajo. Sin embargo, esta operación es muy compleja, cara y no es prioritaria
para el sistema estadístico europeo. Ha formado parte de los sucesivos Planes
Estadísticos Nacionales como proyecto, pero nunca se ha llevado a cabo.
Alternativamente,
se ha planteado que la
Estadística de Convenios Colectivos del Ministerio de Empleo,
que recoge el incremento salarial medio pactado, es apta para emplearse a modo
de IPT, en tanto que, a partir del mismo, se puede calcular una variación pura
del salario en nómina, manteniendo fija la distribución del empleo entre
convenios y eliminando, así, el ‘efecto composición’ de la variación del
salario medio. Sin embargo, el registro de convenios no recoge bien el número
de trabajadores cubiertos por los convenios supra-empresariales lo que, además
de poner en duda la exactitud del incremento salarial medio resultante, impide
depurar el efecto composición de la variación del incremento pactado. Pero no
sólo eso, lo pactado no tiene porqué trasladarse a la realidad convirtiéndose
en salario efectivo, pudiendo algunas empresas ‘descolgarse’ del pacto salarial
o simplemente no aplicarlo, cuestión que no parece, en estos momentos, una
práctica excepcional en la pequeñas empresas. Adicionalmente, la revisión
salarial pactada suele afectar sólo al salario base y no a los pluses y
complementos.
Posiblemente,
el asunto podría abordarse mediante la información registral disponible en las
fuentes tributarias y la Seguridad Social
que, al fin y al cabo, 'alimentan' parte, si no completamente, el resto de operaciones
salariales. Esto evitaría la parte fundamental del coste de una nueva estadística
(la recogida). Partiendo de estas fuentes, se podría seguir a una muestra común
de trabajadores, representativa del mercado de trabajo español. Esto no elimina
todo el efecto composición pero, al
menos, 'esteriliza' una gran parte. Se puede alegar que los analistas ya
podemos acceder a esta información a través de la MCVL , pero de lo que se trata
es de ofrecer al común de los usuarios una visión más clara de lo que ocurre
con la evolución de los salarios, evitando, en la medida de lo posible,
interpretaciones erróneas.
[1] .- Tal vez faltaría por
añadir la EPA
que, en su submuestra anual, informa sobre el decil salarial en el que se
ubican los asalariados.
[2] .- Variación salarial
media pactada en el caso del Registro de Convenios Colectivos.
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